Actividad semana del 6 al 10 de Mayo - Medios de Comunicación y Público.
Sobre la Importancia de los Medios de Comunicación y un Público con Criterio
La siguiente activdad está diseñada para abrir el debate acerca del periodismo, su función en un país y en una democrecia y cuál ha sido hasta el momento el rol que el periodismo ha jugado en la sociedad local y global.
Para ellos se hara el analisis de una imagen y un video de eventos históricos que el periodismo ha difundido como hitos históricos y por otro lado se contrastará con una columna escrita por un periodista de prensa rural colombiana, para dar cuenta de los diferentes factores que estan al rededor del tema de Medios de comunicación y público informado.
Preguntas sugeridas para la reflexión y generar el debate en clase:
- ¿Cuál es la función del periodismo?
- ¿Existe imparcialidad en el periodismo actual?
- ¿Cómo afecta el periodismo a una nación?
- ¿Qué factores afectan la calidad del periodismo?
- Preguntarse si se es un habitual consumidor de documentos (escritos o audiovisuales informativos) periodisticos, acusioso (confirma la información) o siimplemente la toma sin reflexionar sobre la intención y la posición de quien enuncia.
- ¿Está bien informada la sociedad acerca de lo que sucede? por qué si o por qué no
-Cuál es la intención del artículo
-cúal es la intención de la imagen de la niña
-cuál es la intención de la imagen del articulo y que refrentes tiene
-cuál es la intención del video
-Cómo se instrumentaliza (se usa) al periodismo y para qué.

"Niña del Napalm"
Periodismo desechable

Precarización
laboral, obsesión por la inmediatez, mala formación de los periodistas y
propiedad corporativa de los medios, son algunos de los problemas que
afronta la comunicación en la actualidad.
Se ha hablado mucho
últimamente de la crisis que afrontan varios medios de comunicación en
Colombia y en otros países, a propósito del reciente despido de
numerosos periodistas y la difícil situación financiera que afrontan
medios como los canales de televisión RCN y NTN 24, que hacen prever su
inminente quiebra.
Ante ello, es frecuente encontrarse con
explicaciones convencionales que responsabilizan de dicha crisis al auge
de internet y de las nuevas tecnologías y que invitan a “superar” el
formato impreso y convertir toda la comunicación en un ejercicio
digital.
Reducir todo a una simple transición digital y no hablar,
por ejemplo, de los contenidos, la propiedad de los medios o de las
condiciones de trabajo de los periodistas, problema que desde una
perspectiva simplista y demasiado instrumental ignora el contexto actual
de la comunicación y el sentido que tienen los medios en la sociedad
contemporánea. Se hace necesario, por tanto, concebir el problema como
algo estructural y complejo si no queremos que en un futuro cercano el
periodismo sea una profesión prescindible y los periodistas se
conviertan en trabajadores desechables.
Los dueños
Lo
primero que debe advertirse es que en la actualidad los medios ya no
son propiedad de los periodistas. Desde el decenio de 1970 hemos
asistido a un paulatino cambio de propietarios que ha hecho que grandes
grupos empresariales adquieran periódicos, revistas, emisoras de radio y
canales de televisión con el fin de incidir en la opinión y así ganar
poder político.
De este modo, el periodismo ha dejado de ser una
actividad de control de los poderosos (el llamado “cuarto poder”) para
pasar a ser una actividad de propaganda en función de intereses
económicos y políticos. Un buen ejemplo de ello es el diario El Tiempo
que se ha convertido en un pasquín al servicio del grupo Aval y de Luis
Carlos Sarmiento Angulo. Algo similar ocurre con RCN (propiedad de la
Organización Ardila Lülle), Caracol Televisión, Blu Radio y el diario El
Espectador (propiedad del Grupo Santodomingo), Caracol Radio (propiedad
del grupo español Prisa, fundado por la familia Polanco y hoy bajo el
control de un conglomerado financiero internacional) y la revista
Semana, recientemente adquirida por el grupo Gilinsky, dueño de
Bancolombia.
Vale decir que los anteriores medios de comunicación
acaparan el 95% de la audiencia y de la pauta publicitaria en Colombia,
es decir, desde cinco grupos económicos se define la información que
recibimos los colombianos y por ende, la idea que nos hacemos del mundo.
Algo muy similar ocurre en el resto del planeta.
Funcionales al poder
Lo
anterior lleva a que el periodismo, como oficio que intenta buscar la
verdad y ponerla en conocimiento del público, se haya convertido en un
ejercicio incómodo para el poder y que los periodistas deban medir con
mucho cuidado lo que publican para no afectar negativamente los
intereses de los dueños del medio en que trabajan.
Antes un
periodista era un profesional que buscaba la verdad, como un detective o
un investigador. Hoy el oficio periodístico se limita, en la mayoría de
los casos, a copiar los comunicados de prensa de las instituciones
públicas o transcribir los cables que envían las agencias de noticias.
Es
paradójico, pero las nuevas tecnologías que han agilizado
sorprendentemente las comunicaciones y que se supone deberían facilitar
la investigación periodística, han terminado por convertirse en un
pretexto para no hacer periodismo. Ya los periodistas no salen a la
calle, no hacen reportería y no contrastan las fuentes. Ahora, desde sus
escritorios, editan los contenidos que les envían y repiten de forma
acrítica las informaciones que encuentran en internet. Los periodistas
se han convertido en amanuenses del poder.
Las nuevas tecnologías de la información
Por
supuesto, hay una situación que influye enormemente en la crisis de los
medios y es que el internet ofrece hoy innumerables contenidos
gratuitos lo que acostumbró a los usuarios a enterarse de las noticias
sin pagar. Antes, los lectores debían comprar el diario si querían
informarse. Hoy basta con encender el computador o el teléfono
inteligente.
Por eso, el experimento que hacen algunos medios como
la revista Semana o los diarios El Espectador y The New York Times de
cobrar por el acceso a sus contenidos en internet no se ve como una
solución a largo plazo. Es sorprendente cómo los internautas están
dispuestos a pagar por contenidos como música (Spotify) o videos
(Netflix) pero no le dan el mismo valor a la información.
La
inmediatez en la información también es un elemento que atenta contra el
buen periodismo. En un mundo en que la avalancha de noticias es
abrumadora, los medios han optado por renunciar a la profundidad y
dedicarse a hacer “cápsulas”. Los grandes conglomerados mediáticos
producen noticias cortas, de fácil digestión, sin contexto y sin aclarar
el sentido de la información. La misma nota que se emite en la
televisión, se emite por radio y se escribe en el periódico, haciendo
que haya muchas noticias pero sin la debida investigación. La brevedad
se ha impuesto sobre el análisis. Ahora tenemos a nuestra disposición
innumerables titulares pero muy poco desarrollo informativo.
La academia
Finalmente,
es importante hacer una crítica a las Facultades de Comunicación y
Periodismo y al tipo de profesionales que se están promoviendo al
mercado laboral. Hoy presenciamos el florecimiento de dichas facultades y
la profusión de programas académicos de Comunicación. El problema es
que no hay un mercado suficiente para tanto egresado y la mayoría de
quienes terminan su carrera universitaria son muy hábiles manejando
aparatos y programas informáticos, pero muy torpes a la hora de ejercer
el pensamiento crítico.
A los comunicadores les cuesta leer, no
tienen buena redacción ni ortografía y, vale decir, tampoco tienen
tiempo para aprender. Semestres con ocho o nueve materias, prácticas
profesionales donde les explotan y muchas veces ni siquiera les pagan o
profesores mediocres que no atienden las verdaderas necesidades de los
estudiantes, son algunas de las dificultades a las que se enfrentan los
jóvenes periodistas.
Ley de medios
Por lo
anterior, la experiencia de países como Ecuador, Venezuela o Argentina,
donde se han promulgado “leyes de medios”, abre la posibilidad de
dignificar y cualificar el ejercicio periodístico. Es indispensable que
existan medios públicos fuertes, independientes y bien financiados. La
mejor competencia que pueden tener los medios privados es un sistema de
medios públicos confiable, que les obligue a mejorar, tanto en la
calidad de su información como en el trato a sus periodistas.
Casos
como la BBC de Londres o Televisión Española son buenos ejemplos de
medios públicos que marcan la pauta informativa. Lo que vemos hoy en
Colombia, por el contrario, es el marchitamiento de los medios públicos.
Por
ello, y mientras las fuerzas democráticas logran llegar al poder, se
hace urgente la creación de sindicatos de periodistas que pongan freno a
los abusos que los medios privados ejercen contra sus trabajadores y
contra el público. La organización es, por ahora, la única forma que se
tiene de garantizar el derecho a la información de la ciudadanía, que es
en últimas de lo que se trata. Mientras tanto, nos queda como último
recurso de periodismo serio, las filtraciones de grupos como Wikileaks.
Roberto Amorebieta
@amorebieta7
Fuente prensa Rural
www.radiomacondo.fm
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